jueves, 16 de julio de 2009

El 95% de las señoritas de mi edad, tiene novio.
No, no dije que fueran felices. Ni que gozaran de un sexo decente. Ni siquiera que se divirtieran.
Pero las estadísticas son estadísticas al fin y al cabo, y pensando en mi vida últimamente, mi P es < 0.00001 para confirmar mi total incapacidad sentimento-social.
Una nació pa' loser.
El tema es bancárselo, es pasarla lo mejor posible. Es reivindicarse en las cosas que no tienen más remedio y empezar a quererlas.
Y probemos con eso, qué puedo decir a esta altura? Tamiflú para perdedoras, no inventaron todavia

miércoles, 8 de julio de 2009

Mea culpa

Si, señores.
Voy a hacer lo que tanto temieron mis colegas que hiciéramos un dia.
Perdón.
A la gente, por no cuidarla. Por no alarmarla a tiempo.
A la ciencia, por no entender cuán impredecible son los vericuetos biológicos con los que luchamos todos los días.
A mis colegas, por la soberbia de no respetar las opiniones de los que más sabían.

Algún día aprenderemos de ésto, no? Yo sé que sí, que así avanza la ciencia, la evolución y la supervivencia de los más aptos.
Pero mierda..... qué difícil es ver niños morirse sin poder hacer nada!

sábado, 4 de julio de 2009

Ya sé que no estoy para estas cosas.
Pero
.
.
.
ojalá pudieras quererme,
que no te das una idea las cosas de las que nos curaríamos si nos despertáramos con los beatles, un sol y unos alfajores cordobeses mas seguido.

jueves, 2 de julio de 2009

Pero Cottard no sonreía.
Quería saber si podía esperar que la peste no
cambiase nada en la ciudad y que todo recomenzase como antes, es
decir, como si no hubiera pasado nada. Tarrou creía que la peste
cambiaría y no cambiaría la ciudad, que sin duda, el más firme deseo de
nuestros ciudadanos era y sería siempre el de hacer como si no hubiera
cambiado nada, y que, por lo tanto, nada cambiaría en un sentido, pero,
en otro, no todo se puede olvidar, ni aun teniendo la voluntad necesaria,
y la peste dejaría huellas, por lo menos en los corazones. Cottard
declaró abiertamente que a él no le interesaba el corazón, que el
corazón era la última de sus preocupaciones. Lo que le interesaba era
saber si la organización misma sería transformada, si, por ejemplo,
todos los servicios funcionarían como en el pasado. Y Tarrou tuvo que
reconocer que no lo sabía. Según él era cosa de pensar que a todos
esos servicios perturbados durante la epidemia les costaría un poco de
trabajo volver a levar anclas. Se podía suponer también que se
plantearían muchos problemas nuevos, que harían necesaria una
reorganización de los antiguos servicios.
-¡Ah! -dijo Cottard-, eso es posible, en efecto, todo el mundo tendrá que
recomenzar todo.
Los dos paseantes habían llegado cerca de la casa de Cottard. Éste se
había animado mucho, esforzándose en el optimismo. Imaginaba la
ciudad rehaciendo su vida, borrando su pasado hasta partir de cero.
-Bueno -dijo Tarrou-. Después de todo, puede que las cosas se arreglen
para usted también. En cierto modo, es una vida nueva la que va a
empezar.

domingo, 28 de junio de 2009



podrán creer? no bastó diluir la sangre en ojos celestes y pieles claras, que me hagan parecer sosegada y coherente.
me quema la piel
la sangre
y el alma

jueves, 25 de junio de 2009

Sobre soledades

Hace unos años cuatro chicos de pelo raro se preguntaban quién era Eleanor Rigby y dónde terminaban todos los solitarios del mundo. Aquí, hoy, desde una máquina con conexión de banda ancha algo parece tomar forma de respuesta.
Aquí están los solitarios y las solitarias; aquí donde los campos huelen a fresas virtuales y no es necesario inyectarse nada para ser otro, simplemente simularlo.
El anonimato de las grandes ciudades traslocado a todo el mundo, en simultáneo: la metrópolis extendida. La quimera de ser alguien distinto todos los días, de olvidar las cosas y las gentes. Y empezar de cero.
Claro, los índices de suicidio bajarán notablemente. También el amor, los matrimonios y los cafés. Las emociones son más diluíbles, mas sutiles. Las pantallas no lloran, y los del otro lado siempre son los malos. Nuestros propios fantasmas huyen al sonido de los teclados, cómo no habrían de hacerlo si es nuestro yo más ideal el que escribe? Los otros yo, los menos perfectos, los más impredecibles, los más inestables, los más incoherentes son los que nos enfrentan en los espejos de las mañanas, en las verdulerías, en los subtes y en la calle. Los que molestan. Los que preguntan, reflexionan, sufren.
Es más fácil olvidar, que reconocer. Tragarse los dolores, aprender de lo hecho y lo no hecho, desilusionarse y crecer. Si uno pudiera elegir, eligiría no lastimarse nunca. Y nunca lastimar a nadie.
Pero fuimos diseñados para crecer, para todo el resto de las cosas. Creados para vivir, no para navegar. Para pintar con los dedos, no para los fotologs. Para el sexo, no para la pornografía. Para los demás y por los demás. Todo nuestro cuerpo, hasta la última minúscula célula de tus receptores nerviosos en el fondo de la retina sirve pura y exclusivamente para mirar a otro ser humano.
Ser un solitario en simultáneo no es dejar de estar solo.

domingo, 24 de mayo de 2009

por qué odio a los hombres.com

Como encaro una etapa fenix, nuevamente, he vuelto a reflexionar sobre cuestiones recurrentes, y hoy llegué a una nueva conclusion.
Que despues de contorsionarme intentado depilar mis partes íntimas (sumele falta de tiempo y/o dinero), sintiendo los tirones de la impiadosa cera caliente y mistrapecios que viven contracturados; pensé en todas las veces anteriores que lo había hecho y lo muy injusto que es que el hombre que lo disfrute se excuse queriendo ser mi amigo.
Si me avisaras eso sufriría menos, hijo é perra.
De todos los lados posibles.

lunes, 11 de mayo de 2009

.-.-.-.Me cansé de dar lástima.-.-.-.-.

sábado, 9 de mayo de 2009

Reload

Bueno, que mi vida es patética y poco agradable para un reality; ya nos venimos dando cuenta todos hace un tiempo, no?
Pero por alguna extraña razón (como ser primera dos veces en la misma semana en ALGO! en mi vida), siento que todo me calienta un pito.
Porque mirá que mi vida de loser sigue tan activa como antes, eh? Sigo con esos encuentros histericoeucarísticos vía chat, con psiquiatras que me patean al primer olfato, con amigas que se van lejos, con tipos que me rechazan abiertamente cuando les pido (si, señoras, soy la reina del sex-begging) una nochecita con cucharita incluida...
Si, igual que siempre.
Estoy empezando a sentir que soy muy buena para este lugar tan invisible dónde todos se les canta ponerme. O suponerme.
Decíme loca (y sacá número), pero creo que merezco y puedo responder a más que esto; que puedo dar batalla todavía, y un montón de cosas más también. Que lo quiero todo, todo, todo.
El gran combo, no la papa frita consuelo: estoy empezando a ser ambiciosa, autosuficiente y segura.
No sé con qué se come, pero yo que vos... tendría cuidado.

miércoles, 6 de mayo de 2009

viernes, 1 de mayo de 2009

Era otoño, pero el clima parecía haberse estancado en un verano que perduraba a pesar del calendario, de los marzos y los abriles sucedáneos.

Era otoño. Pero no parecía otoño el día que conocí al segundo Ulises.

Siempre me pregunté, cuando recordaba ese momento, cuál de los dos había llegado primero, si él o las hojas secas. Y luego de mucho lirismo y muchas reevocaciones, supongo que llegaron en estéreo, y en estéreo fueron cayendo todo lo que quedaba de abril y de mayo del 98.
1998 fue un año epicrítico para todos, aunque nosotros éramos jóvenes y nos quedaba muy corta la capacidad de análisis, pero comenzaba el desbarranco de la vida pseudoprimermundista del primer gobierno de Menem, y nos sentíamos a mitad de camino entre la necesidad de seguir consumiéndolo todo como langostas, y detenernos a lamernos el vacío que nos dejaba tanto made in taiwan, tanta remera de los L.A. Lakers.
El primer Ulises usaba un saco negro de paño que lo hacía parecerse a algún personaje Charles Dickens, llegándole a los tobillos, algo holgado y descubriendo una cabeza rapada al ras, con un gorro, también negro. Yo siempre pensé que tenía ojos que hacían juego.

El segundo, el del otoño cálido, vestía camisas claras y tenía los ojos celestes. No recuerdo la voz del primer Ulises, si sonaba igual a la de éste, el de tres años después; así que podríamos suponer que era la misma, que eso no había cambiado.
El resto sí. Éste no era el personaje lleno de niebla y escapado de Londres que me gustaba seguir tres cuadras detrás hasta que se tomaba el micro, y que dejaba al doblar las dos cuadras a la derecha que me separaban de mi departamento.
Éste era un hombre seguro. Con una voz que no temblaba, aunque yo sabía que jugaba a seducir a una mujer que le costaba subestimar.

Nos encontramos en la calle, bajo la primer lluvia de hojas que nos cayó encima. Teníamos los ojos del mismo color, y acabábamos de darnos cuenta: él no me recordaba y yo sólo ví al primer Ulises un par de veces. Y era encontrarnos por primera vez, pero ya no éramos los dos apelmazados sacos de miedos de tres años atrás, pero como con las seguridades vienen las nuevas responsabilidades… Él ostentaba novia, y yo necesitaba trabajo.
¿Qué hubiera pasado si no? ¿Qué hubiera sido de nosotros tomando café en esa misma guardia, yendo al cine, comiendo comida árabe, hablando de política y escuchando a Astor Piazzolla?
No sé. No supimos.
Se nos limitó al asombro mutuo ese instante, a un par de respiraciones más profundas entre la lectura de historias clínicas y las entrevistas con los pacientes. Dos estatuas de mármol con nombre griego, académicamente autosatisfechas, que se guiñaban un ojo de vez en cuando.
Yo tuve brevemente la certeza que miraba el pañuelo azul de mi cuello preguntándose que habría detrás, y él supo que yo insinuaba que estaba hecho para sacarse.
Cuándo nos despedimos, en términos formales de camaradería típica entre colegas, los dos sonreímos, nos sentimos cómplices y nos agradecimos sin decirlo, lo mucho que necesitábamos que nos miraran el cuello, preguntándose qué sabor escondía.

lunes, 13 de abril de 2009

miércoles, 8 de abril de 2009

Pero vos...
Vos...
Vos tenés demasiada vida para preocuparte tanto por los flacos, che.








(textual)

jueves, 2 de abril de 2009

Una piensa en una.
En el resto del mundo que no te mira con ganas de tocarte la cola, los que sí lo hacen pero no nos alcanza, los que no queremos querer y muchas noveladas más.
Y piensa en el vacio existencial y el stress y las bandas de música y las calorías y el trabajo y la carrera.
Y en una.
Y las ideas? Las ideas qué?
Me pregunto hace cuánto que alguien no me pregunta sobre mis ideas sin un intento por definirme y decidir si me da un beso o no. Cuánto que nadie me deja opinar para poder discutir, como si fuera un día de gimnasio mental lleno de abdominales sociales y flexiones filosóficas.
Cuánto hace que decidí que era más importante frustrarme porque no me llaman un fin de semana que buscar con quién hablar de lo que pasa fuera de nosotros mismos. O cuándo simplemente dejé que pasara sin oponer resistencia.
Estoy tan acostumbrada a poder pensar lo que quiero (y que sea tan gratis), que he caído en la demagogia interna de usarlo como un arma de histeriqueo y seducción olvidada.
Las ideas no existen para conquistar, son como la música; un alado dispositivo interno para regalarnos libertad.

sábado, 28 de marzo de 2009

mañana vos y yo nos encontramos de nuevo.
ya fuimos hasta donde no debíamos, pero retrocedimos a tiempo.
supimos resolverlo como hacemos siempre: metiéndonos dentro de la espiral universal.
que no sé si será bueno o será malo pero es muy mío.
como todo lo otro.
yo no quiero ser perfecta, no nos lo bancaríamos ni un segundo. tampoco quiero buscarme en las frases de otros, aceptarme en los ojos de desconocidos. ya sabemos de cuán ferpectos está hecho el mundo de los otros, y cuan ferpectas pretenden que seamos.
no somos.
soy yo.
llena de dispersos detalles de imperfección aropmatizados que forman un conjunto que no termina dándole forma a nada concreto, pero que serpentea con una cadencia bastante atractiva.

buscando encastrar, no ser admirada, ni compadecida, ni miniteada.
sólo encastrar.

yo y mis bolsillos de juguetes. yo y mis toneladas de fotocopias. yo y mi risa de salvataje. yo y mi pelo enruladito. yo y mis colores. mis árboles. mi río.
mañana nos volvemos a encontrar, nos volvemos a mirar en el centro de los caminos y nos guiñaremos un ojo celeste empalagoso de magia, prometiéndonos hacer toda la fuerza necesaria para no volver a pedir opiniones al respecto.

miércoles, 25 de marzo de 2009

eureka


aca lo que falta, es belleza sres.
pura, simple, perfumada, intrincada y aterciopelada
be.lle.za

jueves, 19 de marzo de 2009

cambiando café por té.

tazas floreadas por lacónicos mates de fierro.

mi insoportabilidad por mi ermitañismo.

los trabajos por vocaciones.

lo posible por lo soñado.

el conformismo por el anhelo.
y los pablos, por cualquier otro hombre.

jueves, 12 de marzo de 2009

Julia estaba tan feliz y tan linda que era como mirarla a través de un cuento (a veces creo que es tan patológica mi mirada con mis amigos que debería preguntarme cuánto de instinto maternal deposito en ellos).
Tanto tanto, que me olvidé de mis multirechazos, de mi lepra emocional, del tobillo y mis ex compañeras de estudio con olor a santería.
Me contagié la sonrisa de Julia, tanto tanto, que cuando me miré en el espejo del ascensor, yo también estaba feliz. Y era linda.



Gracias Juli. Y ya compré los tomates.
Asesinos.

Ahora resulta que hasta a los suicidas les pasan cosas.







Chewing rejection #.........

martes, 10 de marzo de 2009

Conocés la sensación de saber que estás haciendo las cosas mal y darte cuenta sobre la marcha, pero no poder encontrar la manera de poder cambiarlas?
Me está pasando eso.
Y sigo, porque si me paro mi rodilla rota y mi tobillo desestabilizado van a doler más, pero en realidad tengo la idea de que pierdo tiempo. Ganas. Plata. Onda.
Y se lo contaría a alguien, café mediante, revolviendo la taza y las ideas que no me llegan a brotar nunca. Pero tengo una vida tan pero tan pero tan austera que tomo café sola en casa.
Sé que hay gente que derrocha internetez por histrionismo, por reivindicación, por vocación de comunicador social, por literato y hasta por humor. Yo no sé por qué.
Debe ser el café sin interlocutor que vivo añorando.

domingo, 8 de marzo de 2009

Ella dijo por teléfono (porque es de esas mujeres que nacieron para hablar por teléfono), que ya va a llegar y un montón de cursilerías más.
Cómo si tuviera que dejarme el pelo largo, trenzarlo y contratar un dragón que me custodie una torre, y no deje pasar giles.
Cómo si tuviera que hacer un monumento al hombre ideal.
Y yo no quiero. Porque de todas mis torres, bajé solita, o con mi grupo de amigos subnormales y hermosos.
Porque de los dragones me hice amiga, tengo conciencia verde y no pienso dejar que los hagan baguettes de cuero.
Y fundamentalmente porque no quiero un hombre que me haga feliz. Yo soy feliz. Ahora, hoy, todos los días; yo busco alguien con quien compartirme.
Es cierto que llegada cierta edad las cosas cambian y es imposible no hacerse cargo de las ganas internas de estabilidad y paz, de no-adrenalina y la minimización del poco histeriqueo que me quedaba, pero tampoco quiero conformarme. Me niego rotundamente a settledownarme.
'Y sino llega...', no me voy a pintar en la parada del colectivo emocional (ya demasiado quemada tengo esa imagen de garita). Saldré caminando o corriendo y esperaré encontrar alguien que no tenga un colectivo, pero que se tenga a sí mismo, y veré que hacer.
Los cuentos de hadas no existen, y los hombres no llegan. La realidad no está tan mal tampoco, no tanto para que haya que transformarla y teñirla con anilina rosa; y los hombres... son seres humanos, animales con conciencia y llenos de errores categóricos y adorables que apenas les permiten sobrellevar sus vidas.
Ellos tampoco nacieron para rescatar a nadie.




Y la vida sí que es una caja de chocolates.

sábado, 7 de marzo de 2009

Dicen que la curiosidad mata a los gatos, embaraza a las mujeres y les paga el sueldo a los paparazzis.

A lo mejor de todos los freaks coleccionables y adorablísimos que han pasado por mis manos y mis piernas y mi corazón, eso tengan. La inagotable capacidad de hacerme preguntar cada dos minutos, de qué demonios está hecho el interior de estos indescifrables seres.

viernes, 6 de marzo de 2009

Deja vú

Podría escribir que acabo de romperme los tobillos, la rodilla izquierda y un gemelo, tratando de correr (huyendo? NO; llegando)
Que finalmente cobré, a medias, pero cobré. Y que mi resentimiendo hacia el género masculino a remitido hasta hacerse inofensivo y juguetón.
Podría.
Pero antes, y gracias a una red pública que algun virtuoso de Harvard ha dado en llamar cara de libro, tuve el gusto de encontrarme con un video en el cual se graba a otro de mis ¿ex?, cocinando en casa ajena.
Que amor de pibe! Dirán uds. por casa...
Recuerdan Buena Vida Delivery???
Bueno, acabo de sufrir un deja vú fílmico.
Por suerte lo filma ella y no yo.

sábado, 28 de febrero de 2009

A C. Por lindo.

Y así era.
Tanto tiempo dando vueltas, tratando de lograr relaciones, madurez y estabilidad...
Y hoy me acordé cómo era cuándo alguien te gusta en serio. Del todo.
La historia es larga, cuando yo era chica era una rata de biblioteca. Una tímida ratita de mamá, que se ponía colorada cada vez que la cargaban con alguien. Estuve tres años enamorada de mi compañerito de grado, y jamás me dio un beso cerca de la boca.
Mi adolescencia transcurrió bajo la misma estrella. Mejor alumna, peor novia. Ni siquiera novia, a decir verdad; el secundario me deparó más traumas que besos y los primeros años de la facultad tuvieron más que ver con encontrarme a mí misma que con un encuentro cercano con cualquier tipo.
Y finalmente, Cosmopolitan y Lacan mediante, fuí llegando a la conclusión de que habia que armarse a los acompañantes. Buscarlos solícitos, afines ideológicamente, divertidos, interesantes y conformarme y salir con el 90% de los que me dieran bola.
No tenía tanto para elegir tampoco, y la ciencia dice que todo es sugestionable, medible y aplacable (inluídos los agujeros internos del domingo en la siesta).
Pero P me refregó el ego en la cara, lastimándome mi reducto de autoestima naciente. Justo ahora. Cuánto sentido de la oportunidad, verdad?
Sin embargo, y para mi primer acto de suerte genuina, los astros se pusieron de acuerdo y me cambiaron a uno de los compañeros de trabajo.
Y me gustó C.
Por lindo.
Por alto y flaco y de espalda fibrosa y brillante.
Por divertido.
Por simple.
Por las arruguitas que tiene al lado de los ojos.
Por reirse de mis payasadas. Y de las de él.
Por su risa, que también es linda.
Porque pone las papas fritas dentro del sandwich.
Porque prefiero comer al lado de él, que de cualquier otro.


Creo que es casado, o tiene novia o pareja o algo. No importa.
Importa recordar cómo es; la sensación de lo mucho que te puede atraer un hombre y lo increíblemente agradable que es eso. Cómo si fuera una especia olvidada, un ingrediente perdido en toda esta maraña de tácticas y TEGS sentimentales que nunca aprendo a jugar del todo.

domingo, 22 de febrero de 2009

,robado de otro blog. uno bueno.

Yo necesito que me pase algo lindo. Algo bueno. Algo simple. Algo fácil. Algo inesperado. Necesito que alguien se enamore perdidamente de mí. Necesito ganarme la lotería. Heredar una mansión de una tía lejana. Recibir un ascenso. Irme de viaje tres meses. Necesito algo así: caído del cielo.
Pero no necesito que me pase algo maravilloso por el suceso maravilloso en sí. Necesito que me pase algo lindo para volver a creer que esas cosas pueden pasarme a mí. Para volver a creer en mí y en el mundo. Para salir del ghetto de la mala suerte, para dejar de vivir como una leprosa que mira desde afuera a la gente que a veces la pasa bien.
Hay un momento clave en la vida de las solteras crónicas, en el que empezamos a aceptar que ciertas cosas sólo le pasan a otras. Que si alguien está interesado en nosotras, seguro es asesino serial. Que si nos regalan un viaje, seguro nos van a robar los órganos. Que si heredamos una casa, es porque está embrujada y hay fantasmas de niños con cara de viejo escondidos en el placard. Pero no es un reclamo ni un brote de victimismo. Es una certeza tranquila, una suerte de resignación. El amor le pasa a otras.
Yo debería haber previsto lo de Matías perfecto. No por los indicios que dio, ni por las advertencias de Marcelo, ni porque los príncipes azules no existen, sino porque es inverosímil que algo como eso me pase a mí. Ya lo dije antes. Yo soy la que se queda en bolas en el medio de una fiesta, la que descubre que su novio sale con otra en año nuevo, la que hace una torta durante dos días enteros y se la aplasta en la cara sin querer, dos minutos antes de servirla. Yo soy una tragedia.
Desgraciadamente, sólo el tiempo va a poder probar toda la verdad que esconde mi teoría.
Si dentro de diez años me caso, rendida y gris, con Rodrigo, mi ex, y tengo dos hijos sin gracia, mediocres, que miran mucha televisión y hablan con la boca llena, entonces yo tenía razón.
Si, en cambio, conozco al amor de mi vida y nos hacemos viejitos juntos, yo estaba equivocada.
Pasadas 24 hs, 0comments después; confirmamos las sospechas masculinas.
Soy una idiota.
Un fracaso susanístico, plano y simplón, que anda por la vida probándose anillitos de papel en el dedo para ver si engancha un prospecto con carrera universitaria completa y departamento de soltero.
Bueno, si así fuera, reconocerlo y los diez pasos y etc etc, le sirven a la gente para dejar la droga, o sea que se podría trasladar la premisa e intentar algo similar por estos lares.
Más específicamente, dejar de ser tonta. Y susanita.
-.Susanita es una idiota que lo único que busca es el status quo de una sociedad que le pide un noviomaridopareja estable y mostrable en vidriera (consuelo de mi amiga Agustina), vos no sos así. Dejá de compararte con ella.
-.Agus los hombres me hacen chistes sobre mi nivel intelectual, sino me río les rompería la cara o les contestaría cual Laura Oliva, y entonces sería la fea sarcástica. Y odio esta competencia adolescente de quien tiene el pito verbal más grande. Me cansa, me aburre.



Así estan las cosas. Gracias a Dios (soy atea) este blog es de lo más privadete y no lo lee nadie, pero conluyendo, todo ese cambio que venía cronometrando, ahora por lo menos tiene más color: Huyendo de mi yo-tonta.

viernes, 20 de febrero de 2009

no es que alguna vez haya dejado de estar sola...
pero alguien que me diga que soy una amiga.con.derecho.a.roce, aparte de berreta, me da vergüenza.
y no ajena
verguenza de haber creído que este tipo era ¿tierno? ¿tímido? ¿parecido a mí?
me siento la mas minita de todas las minitas, como sí tuviera que tatuarme media espalda y raparme para dejar de tener esta cara de boluda que atrae tipos que usan pantalon color caqui y chombita de piqué rosa.
no tengo, por favor decime que no tengo que hacerlo
diganmeló todos los que me lean por casualidad o por lástima o por onda o por lo que sea, repitanmeló hasta que me autoconvenza.
no soy una idiota atrae bananas, no soy la rubia a la que saludan con chauchas (la chaucha es una pobre hortaliza, soberano asesino de la semántica!) y no soy la minita a la que toman de tonta para engordar 250gramos ese ego de mierda que tienen por todo el placard.
decime que no soy, porque sino me cambio de cara: me maquillo, me dibujo ojeras, engordo... lo que me pidas.
parece ser que soy una tonta. me compraron por tonta, y tuve que devolver yo el paquete porque sino se lo iban a quedar todo el tiempo que quisieran. no es justo, yo solamente quería reconocer que a veces soy dulce y despreocupada y que me río de todo y de mí misma todo el tiempo. ni quiero que me definan, ni buscaba que me pongan un puto anillo de platita en la mano.
metetelós en el orto. los dos.
estoy borracha, ofendida y sola. torturé a una amiga, pero por lo menos pagué la cerveza y la entrada al bar yo, y me quedó la conciencia más en paz.
sé que no vas a volver a hablarme en tu vida, y por eso te lo pregunté. para que el entuvida arrancara hoy y me pudiera ir en paz a dormir con la certeza inapelable de que no hay un hombre decente que me quiera tocar un pelo (ahora parece que los no decentes tampoco quieren, sino que me hacen el favor de darme masa para poder llegar al objetivo oculto: ser mis fieles amigos. cuánta dulzura señores!).
repito, tengan piedad y llenen de comentarios esto, diciendo: no sos tonta.
(porque en verdad, estoy harta de las metamorfosis kafkianas que me vengo desayunando y no sé si será la cerveza, el frio, una banda mala o qué, pero me siento un poco asqueada de todo)
bueno, basta loco.
no tengo más 20 años. estoy cada vez más cerca calendariamente de los 30 que de los 20 y mentalmente ni te cuento, así que no finjamos más.
no tengo el culo de los 20. ni la cintura. ni los pies. ni nada.
ni siquiera las ganas tortuosas de recuperarlo en pos de horas y horas y horas de gimnasio.
a este cuerpo se le sumaron unas cuántas cicatrices, mil quemaduras derivadas de torpezas culinarias, hombres (y un par de payasos que creían serlo), una desgarrito en el menisco de la rodilla derecha, y unos mil temas de alanis morisette, repetidos a moco tendido.
así que no, no tengo 20.
y cuando llueve y hacen 300ºC adentro de una pelopincho, las que casi tenemos 30 no salimos a trotar.
por nada del mundo.
.ni siquiera por ese culo que tuvimos a los 20.

martes, 17 de febrero de 2009

domingo 15: encontrar un ¿ex?. y seguir corriendo.
lunes 16: comprar sandalias. nuevas.
martes 17: hablar dos horas frente a un extraño de pelo largo.

lunes, 16 de febrero de 2009

ayer encontré a Santiago.
que no sólo no se murió (como Ricky), sino que estaba abrazando a una chica en una plaza a las 9.30 pm hora este.
misma cara de novela, misma actitud de lágrima.
o sea que al final no sólo le escapó al suicidio, sino que todavía anda vivito y coleando por ahi cagándole la vida a otras minas...


en fin, nada. seguí corriendo riéndome un kilómetro más. y me seguí riendo mientras elongaba. y cuando llegué a mi casa. y hoy a la mañana.
.una también es lo que sobrevive.

sábado, 14 de febrero de 2009

recetas para un cambio

basta. (ya ni me acuerdo cuantas entradas empiezan así)
ya arrancó, y sigue rodando.
lunes 7: corte de pelo.
miercoles 9: correr 6 km.
jueves 12: leer hablar mal de los hombres.
viernes 13: reconocer frente a mi actual concubino que me siento una idiota.
sabado 14: invitar gente a casa.
en el medio me prometí: encontrarme un novio, empezar una dieta, ir a un recital, creermelá, e ir al dentista en breve.


como les advierto la rueda está en movimiento, y esta vez va a seguir la huella

lunes, 2 de febrero de 2009

viernes, 30 de enero de 2009

No voy a dejar de reirme.
NO.
Creo en las medialunas dentales y las magias sin dedales y los andar queriendo por ahí tan indiscriminadamente que no entran en ningún libro de fórmulas rectas.

sábado, 24 de enero de 2009

Coincido con el viento entre las hojas de los árboles: no puede haber lugar más seguro.
Sé que se dice de mí cosas sin importancia, títulos que no me corresponden, y autorías un poco exageradas para alguien tan pequeña. Y nada, también se dice mucha nada.
Yo sí soy la hija del viento.
La mujer que podría cantar sobre todos los puentes amarillos.
Construí estos brazos de hombre en miniatura, mis cabellos suaves y la boca entreabierta ante todo lo que susurre magia.
Magia, magia, magia...
Agua, agua, agua...
Recolecto uvas de los ojos de cuánto ser humano me roce, y sí, todos parecen estar así de cerca.
No sé si es lo necesario, ni lo suficiente. Por suerte he podido no ahogarme en esas dos eventualidades, y aprender a nadar ha sido uno de los mejores entrenamientos del mundo. Mi mundo.
Perdón por tanto egocentrismo, pero acabo de darme cuenta de los kilómetros de libertad que hay en mi bolsillo izquierdo.