lunes, 22 de diciembre de 2008

lecciones del 2008

y un desaire no es caída...

domingo, 14 de diciembre de 2008

1910. Intermedio

Aquellos ojos míos de mil novecientos diez
No vieron enterrar a los muertos,
Ni la feria de ceniza del que llora por la madrugada,
Ni el corazón que tiembla arrinconado como un /caballito de mar.

Aquellos ojos míos de novecientos diez
Vieron la blanca pared donde orinaban las niñas,
El hocico del toro, la seta venenosa
Y una luna incomprensible que iluminaba por los /rincones
Los pedazos de limón seco bajo el negro duro de las botellas.

Aquellos ojos míos en el cuello de la jaca,
En el seno traspasado de Santa Rosa dormida,
En los tejados del amor, con gemidos y frescas manos,
En un jardín donde los gatos se comían a las ranas.

Desván donde el polvo viejo congrega estatuas y /musgos,
Cajas que guardan silencio de cangrejos devorados
En el sitio donde el sueño tropezaba con su realidad.
Allí mis pequeños ojos.

No preguntarme nada. He visto que las cosas
Cuando buscan su curso encuentran su vacío.
Hay un dolor de huecos por el aire sin gente
Y en mis ojos criaturas vestidas ¡sin desnudo!
.


New York, agosto 1929.

GARCÍA LORCA: Poeta en New York.

viernes, 12 de diciembre de 2008

El eucaliptus de la esquina lleva décadas creciendo,
elevándose,
perdiendo estos listones de hojas que giran sobre su eje
y a su vez sobre ése otro eje espiralado que las lleva a tocar el asfalto
en una comba exacta y precisa, que habrá descripta con nombre propio
en algún teorema lleno de letras que significan incógnitas.
La tecnología avanzó tanto que logró finalmente meter la voz de un uruguayo
en mi oído.
La zamba habla de fuego y trenes,
y siento arder un círculo en mi estómago,
mientras recuerdo que he soñado anoche.
Y yo no sueño.
¿Irónico, no?
Vos estás, y están todos. No en el recuerdo del sueño, no.
Aquí, en cada pausa que la guitarra se toma
para que el cantor respire,
aquí frente a la plaza
en la síntesis de hojas finas.
Estuve esperando, y volveré a esperar.
Creería que estos momentos debieran ser simples,
una vereda
una tarde de verano
un colectivo acelerando,
salvo por un minúsculo detalle.
Una milimétrica mancha en el fondo de una pantalla. Un error meteorológico…

Mis ojos bicrómicos, mis rebeldes pupilas dispares

jueves, 11 de diciembre de 2008

Ella decía que era el único lugar del mundo, dónde se vivía extrañando alguien que no conocía