No hay una soledad que tenga sentido,
y que no venga a encontrarme a la vuelta de las esquinas
de las cosas que no puedo controlar.
A pesar de lo vivido, lo superado y lo puesto en tela de juicio.
No sos vos, es el mundo.
Y un gen maldito que susurra impulsividad y ternura,
con la misma displicencia que hace unos años.
Pero esos, los años, también han venido pasando,
a pesar de lo vivido, lo superado y lo puesto en tela de juicio.
Las hojas son menos verdes.
Las naranjas, amargas y de cáscaras gruesas.
Los ríos están lejos.
Vos pretendías que yo sea…
Y yo te estaba acariciando.
El mundo no tiene un corazón de especias, ni una barca de nuez
dónde esperar respuestas;
nos quedan cuatro hileras de dientes casualmente diminutos,
un té,
una cortina casi transparente,
y una marea de cabello
que
cae y cae.
Llueve más adentro que afuera, y sin embargo
la ventana sigue acumulando minúsculos pedazos de hielo
que provienen de cualquier parte.
1 comentario:
Excelente poesía... Repleta de sentido!, gracias x eso.
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