jueves, 30 de octubre de 2008

Mis capítulos son acotados, hacen juego con mis piernas...
Acotados, reincidentes, atascados, pretendiendo innovar y perdiéndose en el agua que cae por el mismo drenaje todas las veces.
Y punto.
Aprendí tantas veces a decir y punto, que definitivamente me lo estoy creyendo. A partir de mañana, claro, pero va a terminar por importarme nada.
De nada.
Sino fuera por esta manía de andar mirando todo con ojo de singularidad, tendría menos capítulos y más tiempo. Menos historias y más sexo. Menos edad en la cabeza que en el documento.
Y no elijo otra cosa, aunque me tires el rechazo sobre la mesa, me devuelvas los besos en un sobre lacrado sin remitente y te vayas sin avisar.
Chau. No elijo otra cosa que mis vestidos blancos de oferta y mis sandalias azules, mis días de sol, mi poca ambición, mis muchos miedos, mis brazos de kilómetros de abrazo. Vos o no vos, son una circunstancia.
Mi mundo de almendra, no. Tiene una luz capaz de llenar todo, y descomponerse en mil colores...

No hay comentarios: