martes, 27 de mayo de 2008


no nos mató la censura. ni la electricidad sin marcas a través de un paño mojado. ni el exilio. ni tanta, tanta bala.
.la soledad y la confusión.
en el medio, vos te suicidaste. y yo terminé regalando mi cuerpo a cambio de tres palabras que sonaran coherentes.
pero nada nos salvó del vacío, de ese vacío de todo. y nos rodea la libertad, las esculturas de carne y hueso, los huesos, el cemento y los mensajes de texto; aunque algo dentro nos rasguñe. y no se llena de chocolates
no se cura en los divanes
no sale a correr
no es sen



se me podría ocurrir que esta notragedia no tuviera sentido, que fuera un extracto mental un poco retorcido de una tarde de otoño. pero algo me contaron las raíces cuando era chica y me entretenía metiendo la mano en la tierra recién arada; y supongo que eso me hechizó por siempre a seguir y seguir y seguir buscando.

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